Por Marcel del Castillo
I
Estoy por entrar al autocobro en el supermercado. Me apuran otros compradores que quieren llegar primero a las cajas. Voy lento. La lentitud se ha convertido en el fenómeno más rebelde de nuestro tiempo. Las grandes cadenas de supermercados están eliminando progresivamente las cajas de pago por sistemas de autocobro. No sólo están trasladando una carga de trabajo, sino que están eliminando ese tiempo de espera en la fila de la caja, tan valioso para recordar alguna compra de último momento, tan nutritivo para activar una conversación, tan contemplativo para reflexionar mientras llega nuestro turno de pasar los productos del mercado a la cinta rodante donde se manifiesta un gesto artístico mínimo: La forma en que acomodamos los productos antes que sean manipulados y lanzados arbitrariamente a las bolsas por la cajera y el empacador.
Se van acotando los espacios que nos estimulaban la paciencia y el respiro lento. Se fusionó la idea de progreso con rapidez y se alejó de crear y de detenernos en espacios para activar, mediante el aburrimiento y la tranquilidad otros pensamientos que nos lleven a otros conocimientos. La mayoría de las veces a un conocimiento inesperado. La rapidez es generalidad la mayoría de las veces. Nos obliga a realizar acciones estandarizadas. Anula lo particular.
II
En la espera, me detengo en el poco interés que existe en esta ciudad por escuchar al otro, incluso por aprender del otro. Desde hace un tiempo vengo especulando con la idea de que a esta ciudad ya no le interesa aprender.
¡Vaya generalidad!
La generalidad es la Matrix1 de la ignorancia. Se construye con rapidez y funciona como un sistema de relaciones que se conectan entre sí a partir de su forma o su prejuicio y que producen una capa de simulación que cubre calles, ciudades o países. Es densa, casi de hormigón, sin porosidad e impide el ímpetu de un conocimiento inesperado.
¿Será una enfermedad de las grandes ciudades? ¿Una condición sine qua non para poder recibir inversión extranjera?
III
Centros de arte contemporáneo a los que les cuesta ser contemporáneos; festivales que presentan sólo música empaquetada que vende souvenirs y cervezas; decenas de cadenas de franquicias internacionales de vestido y comida rápida; autopistas y rascacielos de ambiciosas alturas, distancias y capacidades.
¿Son estos los síntomas de una experiencia de masas garantizada a prueba de errores e iniciativas particulares? ¿Son las especificidades que nos permiten cruzar la capa de simulación citadina y detectar el desgano por aprender?
Pero, ¿cómo voy hablar que esta ciudad no quiere aprender si, según el sistema de información cultural de México, Monterrey cuenta con ¡67 universidades! Entonces, el cuestionamiento no es que no quiera aprender, sino qué y cómo aprende.
IV
Planteaba José Luis Brea a comienzos del siglo XXI que la idea moderna de la universidad había fracasado: “Sus pretensiones de garantizar el acceso universal al conocimiento” y “la exigencia crítica en el producir y circular público de los saberes” (Brea, 2007, p.35) habían fallado y se aliaron a las estructuras de los poderes hegemónicos. Es decir, hoy asistimos a una universidad cómplice del estado de las cosas y sus consecuencias sobre el conocimiento y los modos de aprendizaje.
Y ese fracaso, sugiere Brea, es consecuencia de un pragmatismo educativo. La universidad se convierte en un transmisor de conocimientos establecidos como ciertos y probados científicamente a un estudiante cuyo principal trabajo es memorizar y aprender de forma automática una serie de conceptos que le aporta competencias y capacidades técnicas especializadas, requeridas en el mercado laboral, y que no son discutibles ni hibridizados, por lo menos en las tareas y exámenes universitarios. Un conocimiento que se imparte cada vez más rápido para enfocarse únicamente en su competencia funcional y utilitaria por un sector de la economía.
Pareciera que se ha despojado al conocimiento de su matriz sensible, que es lenta y que es la que permite problematizar procesos, experiencias y saberes.
V
La educación universitaria en Nuevo León es una consecuencia de los procesos sociales y políticos del México posrevolucionario. En 1933 surge bajo el manto del marxismo que promulgaba libertad y amplitud del conocimiento en la Universidad de Nuevo León. Sin embargo, luego de la Segunda Guerra Mundial, México se movió hacia la idea del estado moderno capitalista y en 1943 se fundó en Monterrey la asociación civil Enseñanza e Investigación Superior, que se convertiría en el Tec de Monterrey, una institución que es un referente en América y el mundo como centro de estudios universitarios. Fue fundado por Eugenio Garza Sada, un empresario acaudalado con una visión empresarial que no se desvinculó de procesos formativos. Desde sus empresas consideró urgente, en un México precarizado, fomentar y construir un modelo educativo que profesionalizara y tecnificara a una fuerza laboral que impulsara el desarrollo del país. En 1969 surgieron la Universidad de Monterrey, con inclinación religiosa y humanística, y la Universidad Regiomontana, ambas también fundadas por empresarios. En su conjunto, estas instituciones son los proveedores más importantes de recurso humano en un territorio que cuenta en 2024 con 77.824 empresas o industrias (Garza, 2024) que exigen profesionales con conocimiento especializado y certificado
En una de sus investigaciones, Rebeca Moreno Zúñiga no lo puede decir con mayor claridad: “La participación de los grupos empresariales ha sido una constante y se ha dado de manera directa en las universidades privadas y de forma indirecta en la universidad pública. Cabría aclarar también que la vinculación entre la empresa y la universidad no nace con el llamado proceso de globalización, sino que responde a las propias necesidades locales, en estrecha relación con el desarrollo de la industria y sus requerimientos de personal capacitado” (Moreno, 2016, p. 73).
¿Se convirtieron las universidades en fábricas de certificados legitimadores de un conocimiento y de impulsadores de un recurso humano obediente y calificado?
¿Son las universidades espacios de reflexión crítica de su propio conocimiento?
¿El sujeto universitario puede proponer y provocar hibridaciones del conocimiento?
¿Las universidades dan cabida a los conocimientos inesperados?
¿Las escuelas universitarias de arte forman sólo funcionarios públicos y empleados de un mercado del arte?
Pareciera entonces que esta hiperproducción de profesionales estandarizados estaría convirtiendo al sujeto universitario en una generalidad. En un soldado de élite protector de esa Matrix grasosa que evita ver más allá, que impide generar fricciones para llegar a un conocimiento más profundo, y que le encantan los festivales empaquetados, comer en franquicias y vestir según la vitrina en tendencia.
VI
Este impulso del conocimiento desde los poderes políticos, pero especialmente desde el poder económico en Monterrey, sugiere una fragmentación del saber entre aquellos que responden a una utilidad y los que pueden asumir posiciones críticas, quedando estos últimos relegados a espacios artísticos tapizados como curiosidades del pensamiento creativo, que las mismas universidades absorben como un medio de control de aquello que los contradice.
Por otro lado, esta concentración de poder en un tipo de conocimiento no sólo crea una ciudad, como Monterrey, sumergida en la idea de desarrollo y progreso atada a lo tecnológico y al capital, sino que revela todo un campo de saberes y experiencias que quedan excluidos y descalificados. Aquí podría mencionar las exclusiones de clase, geográficas y étnicas. Es decir, una élite social y económica con la posibilidad de establecer un modo de ver y entender al mundo como norma, y las clases socioeconómicas de menor poder adquisitivo como poseedoras de un conocimiento precario y poco relevante, por lo tanto, excluido de los círculos académicos. De la misma forma, se manifiesta la exclusión del conocimiento de otras etnias, nacionalidades y géneros que no pertenecen al grupo social dominante, así como el conocimiento que surge en las periferias de las grandes ciudades. Al respecto, vale la pena señalar la importante visión y misión del Lab Nuevo León, cuyo objetivo central desde el gobierno del estado es activar y promover otras formas de conocimiento, no sólo creando espacios, sino dando voz y cara a aquellos conocimientos que no tienen recepción en las universidades. Pero, ¿Cuánto y cómo es el impacto de esta iniciativa en la ciudad?¿Qué tanto conocimiento inesperado puede detonar un laboratorio ciudadano que está bajo la tutela de una secretaría de cultura?
VII
En las clases de primaria y secundaria realizadas en escuelas públicas y privadas, a mis hijas les tocaba rellenar libretas y libretas copiando directamente del libro de texto de biología o historia, entre otros. Sus tareas eran realizar, por enésima vez, los mismos dibujos del Día de la Independencia o el Día de Muertos. En sus tareas o exámenes solo se podía escribir lo que la profesora dictaba en clase. Nunca les fue permitida una sugerencia, una propuesta diferente. Incluso en las clases de arte los proyectos se trataban de la repetición y la rapidez: “Hoy vamos a pintar un Van Gogh, mañana un Picasso”.
¿En qué momento se les permitía explorar o hibridizar sus conocimientos particulares con el de los libros oficiales? ¿Qué se busca con este tipo de pedagogía, eliminar lo particular e insertarlos en la generalidad? ¿Adoctrinar y estandarizar a los futuros universitarios? ¿Hay cabida en la primaria o secundaria para revisar críticamente la historia o proponer otros acercamientos a la biología, por ejemplo? ¿Se han fortalecido las escuelas como espacios de control social como lo plantea Michel Foucault?
VIII
Bajo este contexto, aprender y acceder a un conocimiento amplio e híbrido es una decisión personal, cargada de riesgo y coraje. Un proceso de autorreflexión crítica que identifica límites de dogmas y huye de las generalidades. Los saberes parecieran pulular en estado salvaje alrededor nuestro. Dan miedo, nos exigen ética, responsabilidad y mucho valor. Pero ¿Quién está dispuesto a explotar su burbuja? Quién quiere arriesgar una vida de promesas de premios, reconocimientos y multiplicación del capital para introducirse por las veredas de un conocimiento en estado salvaje, en un entorno sensible que requiere como nunca de nuestra atención. ¿Vamos tras el conocimiento inesperado como forma de manifestar nuestra particularidad? Pareciera que la única manera de salir de la generalidad es encarando y asumiendo las posibilidades de la ignorancia como herramienta y motor de un impulso por alcanzar otros saberes.
IX
“Como artista tengo el privilegio de ignorar esos dogmas y de buscar órdenes alternativos”(Camnitzer, 2016) nos regala Luis Camnitzer, para proponernos que en circunstancias como las que he descrito en este texto, sobre el modelo de conocimiento que impera en Monterrey, el arte es una urgencia y no sólo una categoría institucionalizada. Abrir posibilidades para la vida y el desarrollo humano en medio de tanta estructura rígida y generalizada es ahora un territorio de trabajo para el arte en esta ciudad. Abrir zanjas en lo genérico. Pero eso requiere acercarse al arte como una gran productor de conocimiento, de múltiples capas y sentidos.
Marcel del Castillo es artista, curador y docente. Vive y trabaja en Monterrey. Sus prácticas artísticas son espacios de especulación y juego entre documento y ficción. En la actualidad su trabajo se ha enfocado en la representación de las vinculaciones culturales al agua en México.
1 Me refiero al concepto de Matrix establecido por las hermanas Wachowski, Lana y Wachowski, Lilly, en la película The Matrix (1999). Village Roadshow Pictures
Brea, José Luis,(2007).La universidad del conocimiento y las nuevas humanidades, en Cultura Ram. Barcelona. España, Editorial Gedisa
Moreno Zúñiga, Rebeca, (2016), Las universidades y su historia, en La invención de la ciudad del conocimiento, Monterrey antesala a la violencia social. Buenos Aires, Argentina, Estudios Sociológicos Editora
Camnitzer, Luis, (05-12-2016) El arte como forma de conocimiento, conferencia en la Universidad de Málaga
Garza, Brenda, (15-4-2024) Lidera NL la creación de nuevas empresas en lo que va de 2024, El Horizonte, https://www.elhorizonte.mx/finanzas/lidera-nl-la-creacion-de-nuevas-empresas-en-lo-que-va-de-2024/4314881758#:~:text=El%20saldo%20total%20del%20registro,36%2C731%20puestos%20ante%20el%20IMSS.
Foto de Element5 Digital | Pexels